Realidad irreal

Olor de olvido y soledad cama deshecha,
sonidos repletos de ceniza en esta noche que amanece,
helado soplo de un Enero caducado en el cristal
y un vaso medio lleno de tristeza.
Escribo para hacer algo más inútil aún
que pensar en silencio o imaginar futuro
dónde todo es inexistente y ligeramente opaco.
La sosegada certidumbre de este cuerpo desnudo
desbarata en las paredes el destino de hoy,
de un día gris, azul o de un día cualquiera,
donde todo es materia inerte al borde de mi vida,
al borde del invierno, al borde de mis ojos...
Y aquí mientras te escribo, odiando hasta la tinta
en esta noche de Febrero, recuerdo:
lo difícil que es herirte en la memoria,
lo real que sigues siendo.

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